Más de 50 millones de agricultores en África Subsahariana se ven atrapados en ciclos de hambrunas intermitentes. La falta de activos agrícolas y de formación adecuada, así como el precario y distante acceso al agua, limitan la capacidad de producción y desarrollo de los pequeños agricultores y sus familias.

El proyecto Buanga ofrece a cada familia participante un burro, un arado, un carro y un bidón de agua, además de formación durante un período de 4 años, con el fin de que se conviertan en promotores de desarrollo agrícola en sus comunidades de destino. Una vez asentadas, las familias devuelven el coste de los recursos recibidos gracias a los ingresos adicionales generados con la mejora de su productividad agrícola.

En 2019, 19 familias han participado en el proyecto Buanga, unas 180 personas en total considerando que pertenecen a familias de 9 o 10 miembros. 

Desde el inicio del proyecto, el 100% de las familias participantes ha finalizado con éxito la formación, come más de dos veces al día y ha escolarizado a sus hijos. Todas ellas han regresado a sus poblados de residencia para formar a sus vecinos y devuelto los micropréstamos recibidos.