Cuando tenía 17 años, comencé mi aventura universitaria como otros muchos jóvenes ese año. Dado que no tenía Universidad en mi pueblo, tenía que “emanciparme”, esa palabra que sale casi todos los meses en las noticias como el gran reto de los jóvenes. Como otros jóvenes, no disponía de recursos económicos para alquilar una habitación y mantenerme, así que opté por alquilarle una habitación a mi abuela en su casa cercana a la Universidad.

Algunos familiares no lo veían muy claro, mi abuela llevaba tiempo viviendo sola y les preocupaba las fricciones en la convivencia conmigo. Yo, por mi parte, no compartía la misma opinión, pensé: ¿y por qué no? Para mi abuela, fue un proceso similar, al principio le daba “cosa” pero superó sus pensamientos y dio el paso. Así fue como comenzó nuestra experiencia de convivencia. Fuimos compañeros de piso por 730 días y, la verdad, mi abuela ha sido la mejor compañera de piso que he tenido nunca.

Todas las personas somos la llave para el cambio

Todos los años, vienen jóvenes a la ciudad para trabajar, formarse,… y, como yo, se encuentran con graves dificultades para poder hacer frente a un alquiler. En 2 o 3 de las ciudades europeas, las personas jóvenes tenemos grandes dificultades para encontrar un alojamiento “decente” y que sea “asequible”. Y, al mismo tiempo, tenemos miles de personas mayores que viven solas en sus casas.

¿Cuántas veces hemos infundido temores a las personas mayores de nuestro entorno sobre sus capacidades? ¿Cuántas noticias salen en los medios promoviendo la imagen de una juventud irresponsable? Muchas personas mayores que tenemos a nuestro alrededor que viven solas, nuestros vecinos y vecinas, han pensado en compartir su casa pero el miedo y los prejuicios les retienen.

De esta forma es cómo estamos construyendo las murallas en nuestra sociedad que dividen a las generaciones. Ya no compartimos espacios, ni tiempo, ni conversaciones. Nos dirigimos hacia una sociedad plagada del famoso “aislamiento social”, sin conexiones, sin transmisión de valores…Y esto hay que pararlo.

Kuvu como respuesta social para generar el cambio

Es por todo ello por lo que fundamos Kuvu en 2019 con la misión de mejorar la calidad de vida de las personas que envejecemos, reduciendo y previniendo la soledad no deseada y el aislamiento social. Promovemos un cambio sistémico a nivel estatal, lo que nos reta a ir más allá de nuestra actividad empresarial promoviendo cambios legislativos y políticas públicas acorde al impacto social que queremos generar.

Como empresa, comenzamos nuestra andadura siendo acelerados por la Fundación Ship2B con el apoyo financiero de la Fundación BBK y su programa “BBK Venture Philantrophy” y recibiendo también un impulso por parte de Open Value Foundation invirtiendo en nosotros a través de su fondo de Venture Philantropy. Este apoyo fue fundamental para desarrollar las interacciones que necesitábamos para nuestra plataforma de alojamiento compartido www.kuvu.eu.

Kuvu.eu es un marketplace de alquiler social de habitaciones que genera convivencias entre personas mayores y jóvenes donde ofrecemos garantías y seguridad para poder compartir tu casa con tranquilidad. Nadie mejor que Pilar, una de nuestras usuarias, para hablaros de lo que hacemos en su testimonio.

Pilar y su testimonio: “un cambio de mirada hacia los jóvenes”

En estos dos años de actividad, hemos ayudado a que más de 134 millones de euros se dirijan a proyectos de fomento de la autonomía personal convenciendo a responsables políticos y legislativos. Hemos desarrollado más de 25 convivencias intergeneracionales generando ingresos adicionales para las personas mayores usuarias de 3.480€ al año de media, lo cual es una cantidad relevante si tomamos en consideración que la renta media a nivel estatal es de 11.000€/año para una persona mayor de 65 años.

La pandemia ha sido un fuerte golpe pero no podemos parar, así que desarrollamos la aplicación Covida para promover redes de apoyo vecinales para las personas mayores. Covida se extendió a todo el Estado y cuenta con más de 3.300 personas mayores usuarias apoyadas gracias a 1.562 personas solidarias.

¿Y ahora qué?

Ahora, estamos en un momento crítico. Sufrimos una crisis económica sin precedentes y la pandemia ha tenido también un fuerte efecto sobre el aislamiento social. Es momento de actuar con determinación. Nos hemos retado a dar un impulso a nuestra actividad este año 2021 y necesitamos entidades y organizaciones que se sumen, te invitamos a que entres en nuestro apartado de Alianzas y veas cómo puedes ayudarnos, escríbenos.