Esta historia empieza en un despacho con María Ángeles León, la fundadora de Open Value Foundation. Le enseñé un primer borrador de un programa de formación en emprendimiento social y tras unos comentarios y ajustes decidimos lanzar el Programa Social Impact Doers (SID) sin saber muy bien adónde iba esto pero seguros de que aprenderíamos caminando.

La primera edición de este programa intensivo de 25 horas en emprendimiento social lo celebramos en su espacio Value School. Se apuntaron 15 personas. Fue fantástico. Creamos un grupo de whatsapp para el grupo y en la segunda edición metimos a los participantes en este chat.

El programa SID suponía un piscinazo de conocimiento y experiencias para que cualquier persona introdujese el objetivo de cambiar el mundo en su día a día profesional. Siempre he dicho que el emprendimiento social no es un sector sino una actitud y una habilidad que se practica con una serie de herramientas. Sabía que muchos programas de formación para emprendedores sociales habían fracasado porque acotaban demasiado el término 'emprendedor social'. 

Tras 10 ediciones presenciales y 250 participantes en el espacio de Open Value Foundation nos pusimos a pensar. Habían venido muchísimas personas de Barcelona, de Sevilla, de Palma de Mallorca, de París, de Londres y en la décima edición vinieron dos personas de Bogotá. Decidimos llevar el programa a Barcelona, Sevilla, Valencia y cuando estaban los planes organizados, la llegada de la pandemia los tiró por tierra. 

Habíamos dado con un producto que los participantes recomendaban, no hizo falta inversión en marketing. Llevamos el presencial a formato online y un año y medio después hemos formado a más de 1.000 personas en más de 20 países.

Las 250 personas que hicieron el presencial en 10 ediciones siguen en el grupo de whatsapp “Social Impact Doers”. Se habla de iniciativas, se comparte reflexiones, eventos, ofertas de trabajo, se validan hipótesis de emprendimiento, se piden favores y se ayuda.

Después, creamos otros dos grupos de whatsapp hasta llegar a las 750 personas (en tres grupos). Nos dimos cuenta de que estábamos creando una comunidad de personas que, más allá de formarse, querían colaborar para cambiar el mundo. ¡La energía era inmensa!

Así ha nacido mi segunda empresa social, como un spin off del Programa Social Impact Doers, La Aprendedora Social es la primera comunidad de colaboración y aprendizaje colectivo para personas comprometidas con cambiar el mundo.

Son muchísimos los retos pero tenemos buena sensación. En sólo un mes se han registrado más de 500 personas, más de 50 proyectos y tres de los profesionales que más admiramos (Gloria Gubianas de Hemper, Agustín Vitórica de Gawa Capital y Javier Goyeneche de Ecoalf ) están entre los conferenciantes de nuestra agenda formativa.

Queremos que La Aprendedora sea una comunidad, un portal de contenidos de referencia en torno a los ODS de las Naciones Unidas, una plataforma de aprendizaje y una incubadora colectiva de proyectos sociales.

El reto es complicadísimo, las comunidades proliferan y no es fácil dar valor a mucha gente, tener presencia en su día a día y que saquemos tiempo para colaborar. Está en nuestras manos preguntar a los miembros, que cada día se van sumando, qué quieren que hagamos con La Aprendedora y en su respuesta estará el rumbo para el éxito colectivo.

La Aprendedora Social se podría haber llamado la “Transformadora Social” porque queremos transformar vidas y proyectos, impulsar soluciones a los grandes retos y hacer felices a sus miembros.

La definición de felicidad que más me gusta es la de que ésta se encuentra cuando ponemos en consonancia pensamientos, palabras y hechos. Si nos molestan las injusticias sociales y queremos ser parte del cambio, o lo hacemos, o nos arrepentiremos toda la vida. Al final del día emprendemos, sobre todo, para no arrepentirnos de no haberlo intentado. Vamos a crear un movimiento global de emprendedores sociales, personas que desde su lugar colaboren y cocreen proyectos que mejoren el mundo.

La clave será la creatividad que nada tiene que ver con el arte sino con la habilidad que todos tenemos para crear los proyectos de nuestra vida y nuestro entorno, las soluciones para que el mundo sea siempre un poco mejor.

Estamos buscando alianzas con organizaciones que quieran ayudarnos a conseguir nuestro propósito. Os esperamos en La Aprendedora Social: https://laaprendedorasocial.co/