A lo largo de la última década, los Contratos de Impacto Social (CIS) han captado la atención de diversos agentes dentro del ecosistema de la innovación social[1] por su capacidad para solucionar algunos de los problemas típicos en los mecanismos tradicionales de financiación pública a programas sociales.
El concepto detrás de los CIS es simple: un Contrato de Impacto Social es un contrato de ‘pago-por-éxito’ firmado entre un ‘pagador-por-resultado’ (por lo general administración pública o fundación) e inversores de impacto, que se utiliza para financiar una serie de intervenciones innovadoras dirigidas a solucionar un problema social en concreto. En este contrato los inversores sociales acuerdan proporcionar el capital para financiar las intervenciones que actuarán sobre una población vulnerable previamente acordada y si, y solo si, los resultados sociales buscados se materializan, el pagador-por-resultado reembolsa a los inversores el capital invertido con un retorno financiero. Desde su creación, se han lanzado más de 130 CIS en el mundo, de los cuales la gran mayoría se han implementado en Europa, aunque ninguno todavía en España.
Funcionamiento de un Contrato de Impacto Social (Imagen: UpSocial)
Desde el lanzamiento del primer CIS en el centro penitenciario de Peterborough (Reino Unido) dirigido a reducir la tasa de reincidencia carcelaria juvenil, los CIS son considerados un modelo 'win-win' para la innovación social por dos motivos: (i) su capacidad para alinear los objetivos de todos los participantes hacia la maximización del impacto social, (ii) las múltiples ventajas que ofrecen a cada uno de los participantes, principalmente a tres: el pagador-por-resultado (sea administración pública o donante[2]), el inversor de impacto y el proveedor de servicio que implementa la intervención del CIS.
Desde la perspectiva del pagador-por-resultado (PdR), el atractivo de un CIS es considerable frente a las formas tradicionales de financiación:
Desde la perspectiva del proveedor de servicio, las ventajas que ofrece un CIS también son numerosas:
Finalmente, desde la perspectiva del inversor de impacto, el atractivo de un CIS radica principalmente en dos puntos:
Los Contratos de Impacto Social en España
Hoy en día, no se ha implantado ningún CIS en España. Sin embargo, se han dado varios pasos en últimos años para que los CIS sean una realidad en el país y su implantación es cuestión de tiempo.
A día de hoy, existen tres CIS diseñados en el país:
En vías de diseño, existen varios. Algunos ejemplos:
[1] Administración pública, inversores de impacto, agentes de cooperación internacional y organizaciones del tercer sector.
[2] Empresa privada, agencia de cooperación al desarrollo, fundación, entre otros.
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