Cuando mujeres y hombres cuentan con las mismas oportunidades y los mismos derechos, el crecimiento económico y el desarrollo social dan un paso hacia delante. Los análisis financieros tradicionales han ignorado en su gran mayoría las consideraciones de género, y esto no solo desencadena grandes desequilibrios respecto de quiénes resultan beneficiados por los flujos de capital, sino que también frena la innovación y limita las ganancias.

Y es que todavía persisten importantes diferencias entre los géneros a nivel mundial en materia de educación, salud y bienestar, política, fuerza de trabajo y finanzas. Los datos hablan por sí solos. La consultora McKinsey es testigo de que el empleo femenino continúa siendo un importante recurso sin explotar en todo el mundo. Según sus estimaciones, si se cierra la brecha de género existente hablaríamos de un crecimiento anual del PIB de 28 billones de dólares para 2025 a nivel global.

El último estudio global de Catalyst, ‘Quick Take: Women in theWorkforce’, afirma que, en la actualidad, solo el 48% de las mujeres participan en la fuerza de trabajo, en comparación con el 75% de los hombres. Las mujeres constituyen poco más que el 7% de los CEO de las empresas de Fortune 500 y según datos del Banco Mundial, uno de cada cuatro escaños de los parlamentos nacionales está ocupado por mujeres.

Ante este contexto, el impulso del sector financiero a través de la inversión con enfoque de género puede servir para romper el techo de cristal y fortalecer el rol de las mujeres en la economía, ya sean empresarias, emprendedoras, o consumidoras. Todas ellas son piedras angulares de una economía que puede ser, no solo más dinámica, sino más equitativa. 

Finanzas y género, ¿existe un verdadero nexo?  

La premisa de la inversión con enfoque de género es que las mujeres están infrarrepresentadas en el mercado laboral o en los puestos directivos, siendo un activo económico infrautilizado. De esto se están dando cuenta inversores que ven el enfoque de género como una responsabilidad social, además de una buena oportunidad de negocio dentro de las finanzas sostenibles. Buenas noticias, es momento de establecer un nexo entre género e inversiones. 

Las inversiones con enfoque de género buscan generar retornos financieros, además de avanzar hacia la igualdad de género. Se trata, por ejemplo, de invertir en empresas dirigidas por mujeres, en empresas que promuevan la igualdad de género en el lugar de trabajo o en empresas que desarrollan productos y servicios que impactan positivamente a las mujeres serían tres formas de incorporar el enfoque de género en una inversión.

Según un informe sobre inversión con enfoque de género en América Latina elaborado por el Instituto de Innovación Social de ESADE con BID Invest, la institución del sector privado del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo (BID), esta estrategia de inversión, que busca de forma intencionada y tangible abordar las desigualdades de género y examinar sus dinámicas para informar las decisiones de inversión, es cada vez más popular tanto en los mercados privados como en los públicos.

La inversión de impacto con enfoque de género ya es una realidad

A nivel mundial, la inversión con enfoque de género ha ido creciendo en los últimos años.En 2018, los vehículos de inversión privada ascendieron a más de2,2 mil millones de dólares y, en los mercados públicos, se invirtieron 2,4 mil millones. Esta estrategia de inversión es más frecuente en Estados Unidos, Europa, Canadá y, más recientemente, en Australia y ciertos países de Asia. En Estados Unidos,la inversión con enfoque de género supuso 868.000 millones de dólares en activos de inversión institucional en 2018, elevándose desde los 397.000 millones de dólares en 2016. 

En España, el movimiento de inversión con enfoque de género está aún por desarrollar. De momento, no existe ningún índice que recoja a las compañías que más tienen en cuenta la diversidad de género aunque con la entrada en vigor de la Ley sobre Información no Financiera,se obliga a las empresas de cierto tamaño a informar regularmente sobre sus compromisos en aspectos como la igualdad.

Las sociedades cotizadas, no obstante, están obligadas desde 2018 a informar sobre la presencia de mujeres en consejos de administración y en la alta dirección en sus informes anuales de gobierno corporativo y la CNMV recopila y publica de modo conjunto e individualizado esta información. 

Una estrategia de inversión adecuada para cualquier cartera

ESADE asegura que los segmentos de inversión que están impulsando este tipo de inversión a nivel mundial son, sobre todo, las mujeres inversoras y los millennials. Estos grupos son, en general, más sensibles a las inversiones sostenibles (84% de las mujeres y 86% de los millennials frente al 67% de los hombres expresan su interés por las inversiones sostenibles). Las mujeres, en concreto, tienen mayor afinidad con la inversión con enfoque de género (el 79% afirma querer invertir en empresas diversas en materia de género). 

En años venideros, ambos colectivos poseerán gran cantidad de la riqueza, lo que augura un futuro prometedor a este tipo de inversiones y en consecuencia a las compañías comprometidas con la diversidad de género. Sin embargo, para que la inversión con enfoque de género fluya más naturalmente es clave poder acceder a información desglosada por género. 

Promover una fuerza de trabajo diversa en las organizaciones mejora el desempeño empresarial, atrae a los mejores empleados, mejora el acceso a los mercados, fortalece la capacidad para innovar y la reputación. Así que, más allá de los valores y el compromiso con el impacto social, la diversidad de género supone una significativa oportunidad competitiva, por lo que tiene potencial para mejorar el perfil de riesgo y la remuneración de la cartera de cualquier inversor.