En Acumen y Open Value Foundation creemos que el futuro depende de una nueva generación de agentes de cambio dispuestos a abordar los retos más complejos del mundo. Sin embargo, muchas veces los términos 'líder' y 'liderazgo' se malinterpretan. Jacqueline Novogratz, fundadora y CEO de Acumen, escribe:
«Recientemente una joven me recordó algo que le dije hace unos años: que el mundo quería que ella desempeñara un rol de liderazgo. Me contó que le había dado muchas vueltas al asunto: la idea de ejercer liderazgo le resultaba incómoda, incluso un poco arrogante o vanidosa, y le parecía que le exigiría demasiado. “¡Claro que aspiro a darle un sentido a mi vida! —me explicó—; pero ¿quiere eso decir que tengo que convertirme en una líder?”».
Jacqueline continúa:
«Tal vez ese término cause rechazo hoy en día porque se ven tantos 'líderes' que lo que buscan es fama y poder, que emplean un lenguaje divisivo y que, en vez de hacer aflorar lo mejor que hay en cada persona, explotan nuestros temores e inseguridades... Por otra parte, no podemos quedarnos aguardando a que venga algún líder a salvarnos. Quizás ha llegado el momento de aceptar que nosotros mismos somos los líderes que hemos estado esperando».
El término liderazgo se refiere a la capacidad que un individuo tiene para movilizar a un grupo de personas de un punto A, a un punto B. Para que esto ocurra hacen falta acciones, y en cada una de estas acciones se puede ejercer una acción de liderazgo. Por lo tanto, partimos de la premisa de que cualquier persona puede liderar y producir cambios.
Subir al balcón
El problema está en que las personas generalmente pasamos la mayor parte del tiempo haciendo cosas. Las organizaciones nos quieren donde está la acción, en la pista de baile. Lo mismo queremos nosotros. Sin embargo, cuando estamos bailando entre correos electrónicos, mensajes de whatsapp, reuniones y listas de tareas, es casi imposible hacerse una idea de qué está sucediendo a nuestro alrededor y por qué. El problema es que el movimiento dificulta la observación y nos metemos en piloto automático. Es lo que nos han enseñado desde pequeños y es difícil huir del patrón.
Las personas con gran capacidad de influencia son personas que tienen también una gran capacidad de observación y de interpretación sobre lo que está ocurriendo. Cuando te sientas atrapado en la pista de baile, imagínate a ti mismo elevándote y subiendo al balcón. Por encima del frenesí de las actividades del día a día, la perspectiva es distinta. Desde ahí arriba, podemos observar patrones de comportamiento en nosotros y en los demás. Vemos que hay cosas que decimos que nos importan y conductas que indican lo contrario. Y las soluciones a los problemas que no hemos logrado resolver en años cobran mayor nitidez.
Diferencia entre retos técnicos y retos adaptativos
Desde el balcón somos capaces de ver los retos a los que nos enfrentamos de una manera más clara. Algunos retos pueden tener una solución clara, que puede requerir de cierto conocimiento técnico y para el cual solo hace falta plantear un plan de acción que nos dará un resultado determinado. Esto es lo que denominamos retos técnicos.
Pero también hay retos a los que nos enfrentamos cuya solución es incierta y para los que no existe un experto que tenga los conocimientos técnicos necesarios para dar una respuesta clara. Estos retos suelen aparecer de manera recurrente porque no se consiguen solucionar a la primera, suelen requerir de más de una persona para que existan cambios sustanciales y las personas implicadas en solucionarlos van a tener que asumir alguna pérdida e incluso cambiar sus valores para que suceda el cambio. Esto es lo que denominamos Liderazgo Adaptativo.
Facciones de un reto
En los retos de carácter adaptativo existen distintos puntos de vista sobre cómo se debería de abordar el reto. Estos distintos puntos de vista son facciones del reto adaptativo. Cada una de estas facciones se mueve por una serie de valores y miedos a perder o defraudar a alguien, incluso a uno mismo. Para ejercer acciones de liderazgo tienes que ser capaz de leer estas facciones y lo que está motivando a las facciones a comportarse de una determinada manera. Tener el músculo de la empatía desarrollado es clave para entender el sistema en el que vive el reto y poder movilizar a las diferentes facciones.
La experiencia del Fellowship
Durante el segundo seminario del Programa de Fellows de Acumen hemos tenido la oportunidad de poner en práctica estos conceptos y muchos otros que componen las claves para ejercer un Liderazgo Adaptativo. Gracias a ello, los 24 primeros Fellows de Acumen en España han aprendido a gestionar situaciones de tensión y han sabido encontrar en ellas una oportunidad de crecer y desarrollarse como individuos, pero sobre todo colectivamente.
Hoy, el grupo ya no es un grupo, es un equipo. Un equipo en el que cada uno tiene un rol que puede ir variando con el tiempo, en el que cada uno puede ser uno mismo y equivocarse y, sobre todo, un equipo que puede autogestionarse y está preparado para cambiar la narrativa del país poniendo en práctica lo aprendido durante el Fellowship. El lema de esta cohorte lo explica todo: UBUNTU, yo soy porque nosotros somos.
Sabemos que en España hay muchas personas comprometidas con dejar un mundo mejor del que encontraron y trabajando por que así sea. ¿Eres una de ellas? ¿Conoces a alguien que lo sea? Haz clic aquí para saber más acerca del Acumen Fellows Program.
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