Hace unas semanas la CNMV autorizaba la constitución de la gestora Global Social Impact Investments SGIIC, la gestora de fondos de impacto hermanada con Open Value Foundation. Algunos os preguntaréis cuál es el racional detrás de un proyecto que se ha consolidado como una fundación y una gestora de fondos de inversión de impacto. Responder a esta pregunta a veces es casi como explicar por qué he tenido cinco hijos. Una cosa fue llevando a la otra, y entre medias… ¡hubo mucho amor!

En realidad, ha sido un proceso evolutivo natural. Cuando en 2006 empezamos desde Open Value Foundation a hacer inversión de impacto con Acumen, ni nos planteábamos que la fundación acabaría invirtiendo directamente en proyectos sociales. Con el paso de los años, fuimos definiendo nuestros propios criterios de inversión y bien porque no encontrábamos fondos que se adaptaran a nuestras geografías, o bien porque los sectores que nos interesaban no estaban representados en aquel momento en esos fondos, empezamos a invertir desde nuestra fundación en empresas sociales. Así comenzamos a utilizar el enfoque de Venture Philanthropy, que nos permitía “hibridar” las dos pasiones con las que siempre había convivido mi familia: la filantropía y la inversión.

Empezamos despacio y con cantidades pequeñas, y pronto nos dimos cuenta de que queríamos hacer más y mejor. La fundación poco a poco se fue consolidando como entidad fortalecedora del ecosistema de la inversión de impacto, y adquirimos el compromiso de divulgar y promover la inversión de impacto en España. Las dificultades y limitaciones desde el protectorado para destinar más fondos a Venture Philanthropy, por un lado, y nuestras ganas de destinar además de recursos a “promover” la inversión de impacto a “invertir” en impacto, nos llevaron a pensar en la constitución de un fondo de inversión. Siempre hemos creído que se predica con el ejemplo, y es porque creemos firmemente en el modelo de inversión de impacto, por lo que decidimos destinar parte de nuestro capital.

Viniendo como venimos del mundo financiero, nos parecía que una herramienta perfecta podía ser un fondo de inversión y nos pusimos a ver dónde y cómo podría hacerse. Fueron meses maravillosos, muy ilusionantes. Recuerdo que pensamos que íbamos a ser de los primeros en abrir un fondo exclusivamente de impacto social y nos llevamos una gran -y grata- sorpresa cuando llegamos a Luxemburgo, donde tenía más sentido alojar este fondo. Ya en el año 2017 había más de 200 fondos de impacto domiciliados en el país, y algunos de ellos estaban invirtiendo en el Este de África. Por fin encontrábamos el sitio al que pertenecíamos, y así nació Global Social Impact Fund, el fondo de impacto social con el que llevamos desde 2019 invirtiendo en África Subsahariana.

Ahora nos hemos animado a dar un paso más, y hemos abierto la gestora Global Social Impact Investments SGIIC, especializada en fondos de impacto. La entidad gestionará inicialmente el fondo Global Social Impact Fund, que ahora está gestionado por FIA, sociedad gestora del Grupo FARAD. También estamos tramitando la constitución de un Fondo de Emprendimiento Social Europeo (FESE) para invertir en empresas sociales en nuestro país, lo que es especialmente relevante en el contexto de la pandemia en la que nos encontramos.

La creación de la gestora responde, primero, a nuestro afán de independencia y a las ganas de poder gestionar nuestro fondo “extremo a extremo”, desde el ingreso del inversor hasta el proyecto concreto. Pero también nace porque somos conscientes de que crear una nueva industria, como la de la inversión de impacto, necesita de la colaboración de todo el ecosistema.

Queremos que esta gestora sirva también para facilitar la creación de vehículos de impacto para otros proyectos de inversión, facilitándoles todo el apoyo de estructura, compliance, legal, etc., y que ayude a formar una comunidad fuerte de inversores y fondos, una vez más poniendo todas nuestras capacidades al servicio del ecosistema, y facilitando las herramientas para demostrar que una nueva forma de entender la inversión y la economía es posible.